Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://andrewlvjw704545.blogvivi.com/39202344/la-expulsión-de-zidane-tras-su-cabezazo-inolvidable